La utilización de monedas virtuales o criptomonedas como método para blanquear capitales
La utilización de monedas virtuales o criptomonedas como método para blanquear capitales

La utilización de monedas virtuales o criptomonedas como método para blanquear capitales

El blanqueo de capitales es un delito socioeconómico, que en la actualidad, no cuenta con límites fronterizos entre los Estados debido a la globalización y al desarrollo de las nuevas tecnologías.

El blanqueo de capitales se encuentra regulado dentro del Capítulo XIV del Código Penal (CP), en los artículos 298 y siguientes. Este delito, también conocido como “lavado de dinero” o “lavado de capitales”, es el conjunto de mecanismos o procedimientos destinados a dotar de apariencia legal aquellos bienes o activos de origen ilícito. El artículo 301 CP exige que esos bienes procedan de una actividad delictiva cometida tanto en España como en el extranjero. Con el cambio legislativo introducido por la Ley Orgánica 5/2010, se consolida lo que la jurisprudencia ya venía aplicando en los últimos años, de forma que no es necesario que exista una resolución judicial del hecho previo. Es decir, si por ejemplo una persona ha estado vendiendo droga, y posteriormente utiliza cualquier técnica o mecanismo para dar cierta legitimidad al dinero que ha ganado con la venta de esa droga, no se exige una sentencia condenatoria previa por un delito de tráfico de drogas, sino que bastará con que el juez penal acredite la existencia de un delito o actividad delictiva previa.

¿Qué conductas se castigan en el blanqueo de capitales?

En este sentido, el art. 301.1 CP dispone que “el que adquiera, posea, utilice, convierta, o transmita bienes, sabiendo que éstos tienen su origen en una actividad delictiva, cometida por él o por cualquiera tercera persona, o realice cualquier otro acto para ocultar o encubrir su origen ilícito, o para ayudar a la persona que haya participado en la infracción o infracciones a eludir las consecuencias legales de sus actos, será castigado con la pena de prisión de seis meses a seis años y multa del tanto al triplo del valor de los bienes (…).

Esta fórmula contiene un amplio elenco de conductas que presentan grandes diferencias y que supone una difícil interpretación agruparlas en un mismo artículo, a diferencia de la normativa internacional en la que dichas conductas se encuentran en apartados diferenciados.

El tipo básico se castiga con la pena de prisión de seis meses a seis años y multa del tanto al triplo del valor de los bienes. La pena se impondrá en su mitad superior cuando los bienes provengan de un delito de tráfico de drogas (arts. 368 a 372 CP), cuando tengan su origen en alguno de los delitos comprendidos en los Capítulos V, VI, VII, VIII, IX y X del Título XIX o en alguno de los delitos del Capítulo I del Título XVI o se impondrá en su mitad superior a las personas que pertenezcan a una organización dedicada a los fines señalados en los mismos, y la pena superior en grados a los jefes, administradores o encargados de las referidas organizaciones.

Por otro lado, existen tres fases típicas del blanqueo de capitales, aunque no tienen por qué seguir un orden cronológico e incluso pueden solaparse. Según GAFI – Grupo de Acción Financiera Internacional -, el blanqueo se desarrolla en tres etapas:

  1. Colocación (placement): supone la introducción de los bienes o activos de origen ilícito en instituciones financieras o no financieras. Las barreras con las que se pueden encontrar los blanqueadores son los controles a los que están sometidos las entidades financieras, pues están obligadas a informar a las autoridades cuando puedan existir indicios de que ese dinero procede de una actividad delictiva, o cuando superen ciertos límites cuantitativos.

 

  1. Encubrimiento (layering): consiste en realizar aquellas transacciones financieras para desligar el dinero de su origen ilícito. Uno de los métodos más utilizados para borrar el rastro es enviar los fondos por transferencia electrónica a bancos o sociedades extraterritoriales (centros offshore), una vez que ya han sido introducidos en el sistema bancario convencional.

 

  1. Integración (integration): Es la fase final que supone el retorno de los activos “blanqueados” al sistema financiero del que procedían o a otro sector económico diferente, pero con apariencia de legitimidad. Así, alguna de las formas es realizar préstamos simulados desde un centro offshore al blanqueador.

Aunque estas son alguna de las formas para blanquear dinero, la evolución de las técnicas se debe, en parte, a la mayor profesionalización de los sujetos que las llevan a cabo, siendo cada vez más sofisticados y difícilmente detectables los medios empleados para ello.

Dentro de los nuevos métodos empleados para transformar dinero o bienes obtenidos ilegalmente en dinero de apariencia legal, encontramos la utilización de lo que se ha denominado como “criptomonedas”, monedas virtuales o dinero virtual. Entre ellas, la más conocida y utilizada, es el “bitcoin”. Aunque existen otras criptomonedas que también están adquiriendo un gran valor en el mercado digital como son Ethereum, Ripple o Litecoin.

 

¿Qué son las criptomonedas  y cómo funcionan?

Las criptomonedas o criptodivisas aparecieron como método alternativo al sistema financiero tradicional y son un tipo de moneda virtual que utilizan un cifrado digital para realizar transacciones económicas sin necesidad de intermediarios. La diferencia principal con la moneda convencional, es que este tipo de monedas solo existe en la web, de forma que su creación y almacenamiento es exclusivamente digital.

Además, el intercambio de este tipo de monedas se produce sin ningún intermediario y se emiten al margen de bancos centrales sin que deban responder al control de ninguna institución o país, ya que se encuentran totalmente descentralizadas.

Respecto al funcionamiento de las mismas, debemos tener en cuenta el concepto “Minería”. Este término hace referencia al proceso mediante el cual se lleva a cabo la creación de las monedas virtuales así como la posibilidad de realizar las transacciones de manera segura y descentralizada. Los nodos o mineros son las personas que participan en este proceso.

Las monedas se gestionan a través de una base de datos llamada cadena de bloques o blockchain que registra las transacciones que los usuarios realizan con este tipo de moneda y que es públicamente visible, respetando la privacidad de los usuarios. Cada usuario posee sus claves cliptográficas que son necesarias para realizar cualquier tipo de operación económica, como el pago de un determinado producto o servicio así como las transferencias de dinero. Estas transacciones forman agrupaciones (“bloques”), que a su vez se codifican y se anotan en una cadena de bloques, en la que el único dato para identificar la transacción es a través de un código alfanumérico o “función hash”.

Por otro lado, las monedas virtuales tienen valores diferentes en función del número de usuarios que las adquiere, de la fecha en que se han creado, la extensión de los volúmenes de red y la transacción.

¿Cuáles son los factores que facilitan el uso de las monedas virtuales para blanquear dinero?

  1. Se trata de divisas que carecen de soporte electrónico que las respalde.

 

  1. Además, como se ha indicado anteriormente, cualquier transacción que se realice con estas monedas impide identificar al titular de la operación. Ello se debe a que la tenencia de “unidades monetarias” no figura bajo un nombre concreto, sino que obedece a una secuencia de número que constituye la clave pública del usuario en cuestión. Por lo tanto, se garantiza la privacidad de los usuarios.

 

  1. Por otro lado, actualmente, no existe legislación específica que regule las divisas digitales. Ello significa que no existe una autoridad que asuma la responsabilidad de su emisión o del registro de movimientos que se llevan a cabo. Por el contrario, existe una red de distribución de particular a particular. El intercambio de estas monedas es similar al intercambio de contenidos audiovisuales en Internet, como por ejemplo, mediante Bitorrent.

 

  1. No está sometida a las fluctuaciones de los tipos de cambio que han de desembolsarse en el caso de pagos internacionales con la moneda convencional.

 

  1. Los canales de pago son mucho más difíciles de rastrear.

En conclusión, el uso de las criptomonedas como herramienta para el blanqueo de capitales está creciendo en los últimos tiempos, convirtiéndose en uno de los métodos más atractivos para el “lavado de dinero” en la actualidad. Ello se debe principalmente a la privacidad garantizada por el empleo de este tipo de monedas virtuales, ocultando la verdadera identidad de los propietarios del dinero que ha sido obtenido previamente a través de alguna actividad delictiva.

 

Autora: Ascensión García Moreno

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