El ser humano siempre se ha esforzado por descubrir nuevas cosas que hagan la vida mejor y más cómoda, ha estado siempre motivado para superar nuevos límites y probar nuevos métodos y avances tecnológicos en base a su intelecto. Un desarrollo lleva a otro y nunca sólo se detiene, el avance y el progreso nunca acaban, es un proyecto en marcha. Uno de los grandes cambios en la Humanidad ha sido la aparición y expansión de Internet. Nada ha cambiado el mundo más drásticamente como lo ha hecho la red de redes, eliminando las barreras del espacio y del tiempo entre personas y convirtiendo el mundo en una aldea global; el avance en la tecnología de la comunicación y la información ha transformado radicalmente el estilo de vida de las personas. Un cambio que resulta evidente desde hace sólo poco más de una década cuando los ordenadores personales comenzaron su auténtica expansión por nuestros hogares. Ahora, prácticamente todos los ciudadanos del llamado mundo desarrollado estamos permanentemente conectados y gran parte de las acciones de nuestra vida cotidiana dependen de internet o de tecnología relacionada. Sin embargo,también existe una cara oculta.
La cara oculta de la moneda
El bien y el mal son siempre como las dos caras de una moneda. Aunque las ventajas superan a los inconvenientes ya es hora de que nos fijemos en éstos antes de que se propaguen más. Los crímenes relacionados con las tecnologías de la información y la comunicación se conocen como los delitos cibernéticos. Por tanto, ¿qué es realmente el crimen cibernético? ¿Cómo pueden estos crímenes seriamente afectar a los hombres comunes o a sus negocios? ¿Qué medidas se pueden tomar para frenar este tipo de delitos y qué acción legal es necesaria para detener a los criminales que están en esto? La ciberdelincuencia está creciendo hasta convertirse en una de las mayores amenazas para los individuos y por tanto, es necesario checkear su situación actual para tomar medidas preventivas
Con este fin como objetivo, resulta fundamental entender primero el concepto de cibercrimen o ciberdelito y todo cuanto lo engloba. La ciberdelincuencia no hace referencia más que a actividades delictivas que utilizan la tecnología de las telecomunicaciones para cometer sus actos delictivos. En esencia, podemos hablar de dos grandes tipos de delitos cibernéticos, a saber:
- Delitos directamente dirigidos a grandes redes de ordenadores u otros dispositivos interrelacionados como malware, virus informáticos, ataques de denegación de servicio, etc.
- Delitos que se producen gracias al mal uso de las redes informáticas pero no dirigidos a una red o dispositivo como el robo de identidad, el acoso cibernético, el phishing, estafas de correo electrónico, la piratería, etc.
Los delitos cibernéticos son también considerados delitos de cuello blanco pues el culpable no puede ser atrapado muy fácilmente dado que internet está abierto al mundo y le otorga un elevado grado de anonimato. Aunque la mayoría de los delitos cibernéticos no están relacionados con ningún tipo de violencia o delito grave, aún amenaza la identidad o los secretos del gobierno que pueden ser prácticamente robados en cualquier momento si las medidas de seguridad fallan tanto por terroristas como por desviados de la sociedad y extremistas.
El delito en internet
El número de usuarios de Internet crece a pasos agigantados y por lo tanto, una red cada vez más segura que proteja al usuario y a sus datos se hace cada vez más imprescindible. El carácter anónimo de internet, al que ya apuntábamos antes, es el caldo de cultivo para los siberdelincuentes y para sus crímenes virtuales o crímenes cibernéticos o ciberdelitos. Las leyes han progresado incluyendo severas penas aunque aún queda mucho por hacer. A grandes rasgos, podríamos hablar de tres grandes tipos de amenazas virtuales con diferente grado de impacto y daños a la sociedad:
- amenazas relacionadas con el hackeo
- amenazas criminales clásicas
- amenazas ideológicas
Hacking
Esta es una de las formas más comunes de los delitos cibernéticos en todo el mundo definido como “el que con la intención de causar o sabiendo que es probable que cause pérdida ilícita o daño al público o a cualquier persona destruye o elimina o altera cualquier información que reside en un recurso de la computadora o disminuye su valor o utilidad o afecta de forma perjudicial por cualquier medio comete piratería”. Un hacker puede “romper” las barreras de protección del sistema informático y así tener acceso a toda la información interna. Unos lo hacen por diversión o pasatiempo por lo que se considera menos perjudicial que otros delitos relacionados con la seguridad.
Crímenes cibernéticos clásicos
Los criminales cibernéticos clásicos tradicionales son aquellos delincuentes que centran su atención en el beneficio económico que puedan obtener. La mayoría de estos delitos, casi el 80%, son interneos a la propia empresa o compañía: el espionaje industrial, delitos contra la propiedad intelectual, la violación de la marca, las transferencias de fondos ilegales, estafas de tarjetas de crédito, etcétera son algunos de los crímenes cibernéticos tradicionales cuyos criminales son más fáciles de identificar, detener y acabar en la cárcel si se demuestra el delito.
Amenazas cibernéticas de corte ideológico
Estos criminales se consideran como Robin Hood y difunden la información que se conserva bajo los derechos de autor en contra de las leyes de propiedad intelectual. Muchas de los actos terroristas también se denominan amenazas de ideología en el mundo cibernético; propagan su propia ideología o se oponen al gobierno mediante el uso de la tecnología de internet. Los “ciberanarquistas” tienen como objetivo principal difundir su ideología o principios y oponerse a lo que está en contra de sus actividades.
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