Que las relaciones comerciales, el modo de consumir y los métodos de contratación están cambiando por el auge de internet, es un hecho evidente que no podemos negar. Todos los sectores económicos han sentido o están sintiendo la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos, y eso se nota especialmente en la consolidación de las marcas y en la búsqueda de buena reputación online.
Nosotros los abogados, por ejemplo, hemos pasado de que los nuevos clientes nos busquen gracias a la recomendación de los anteriores a tener que estar presentes en la red si queremos que el nombre de nuestro despacho adquiera una amplia difusión. En ese sentido resultan muy importantes, tres factores: un blog actualizado y de interés, adecuadas campañas de marketing y el posicionamiento en buscadores (SEO).
Este último término hace referencia a tratar de conseguir un buen puesto en los resultados de las búsquedas que las personas realizan en internet. Es fundamental aparecer entre los primeros resultados de los buscadores para ganar visibilidad.
El blog, por su parte, puede servir para captar la atención de otros profesionales o de futuros clientes, sobre todo si con él conseguimos transmitir nuestros conocimientos y cuál es nuestro ámbito de especialización. Mientras que las empresas de mayor tamaño contarán con un departamento específicamente destinado a estos menesteres, las más pequeñas deberán repartirse el trabajo (entre los distintos socios del bufete, si se trata de abogados, por ejemplo) o buscar colaboradores que les ayuden.
Por supuesto, los esfuerzos en materia de marketing deberán dirigirse a grupos de población y colectivos entre los que puedan encontrarse clientes potenciales. De todas formas, no es lo mismo una empresa local que otra con sedes en distintas provincias o comunidades: sus destinatarios será diferentes. Hay que cuidar mucho los e-mails que enviemos a los clientes, a otros profesionales y al resto de empresas.
En internet se pueden encontrar ejemplos muy interesantes de startups que, gracias a la ilusión y a una buena planificación (esto es fundamental), consiguen crearse una imagen positiva en poco tiempo, aunque para eso hay que tener muy claros los objetivos y los medios que vamos a destinar para conseguirlos.
También es importante el reposicionamiento de marca. Muchas veces no es necesario empezar desde cero, sino cambiar aquellos aspectos de nuestra marca o empresa que no nos ayuden a alcanzar los objetivos que pretendemos: rediseño del logotipo, estudios de mercado, modernización del mensaje que queremos transmitir, etc…
Es muy difícil que usted solo atienda todos los aspectos que hemos mencionado en este artículo.
Si su reputación o marca está siendo dañada en Internet, como puede ser en blogs, foros o redes sociales, póngase en contacto con Abogados Portaley, para estudiar el caso y ver diferentes opciones para la retirada de estos contenidos negativos para nuestra marca.
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